jueves, 2 de enero de 2014

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Ojalá pudiese mirarlo a los ojos, esos ojos marrones tan bonitos que tiene, esos rizos que me gustan tanto, esa risa que hace que me sonroje, esa voz que me da seguridad. Ojalá pudiese abrazarlo cada mañana y despertarlo con un beso, ojalá me quisiese tanto como yo lo quiero a él, porque lo quiero y mucho. Sería feliz tan solo con eso, con verlo continuamente en mi cama, mirarnos a los ojos como dos tontos y sonreir, sonreir porque está conmigo, que lo quiero y me quiere, que lo amo con locura y no quiero separarme de él. Que sea mi pequeño aun a pesar de su altura, que se quede cortado con las ñoñadas que le digo, que me saque sonrisas cada dos por tres. Si digo que es perfecto me quedo corta, porque lo es, porque se preocupa por mí como nadie lo hizo, porque él está ahí cuando lo necesito, porque me quiere, porque lo quiero. Ojalá pudiera describir mejor lo que siento, pero es tan indescriptible que tan solo puedo decir que quiero estar con él, que no se acabe, que esta vez sea de verdad. Porque lo amo, lo amo de verdad.


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