jueves, 31 de octubre de 2013

Otherside

Lo hago todo mal, desde el principio hasta el fin. Todo. Cómo se puede tener la conciencia tranquila después de hacer daño, después de decir lo que me dices. "Solo me has fastidiado desde que naciste" "Otros te mandaron a la mierda, otros fueron más listos y te echaron". Os juro que me entra verdadera envidia cuando veo a las madres de mis amigas, mimadas o no, con dinero o sin él, eso da igual. La verdadera envidia la tengo cuando veo que las llaman a mitad de la noche, cuando les dicen que vayan pronto a casa o cuando hablan con ellas simplemente de qué tal el día. Son cosas que yo nunca he tenido que pasar porque nunca he tenido esa relación con mi madre, nunca he visto preocupación en sus ojos y tampoco hemos hablado de verdad más allá que puras discusiones. Según ella soy una maleducada en cada cosa que hago, que realmente hago todo mal. Y no puedo estar bien, ni teniendo amigos ni yéndome las cosas bien porque me jode los días, y no porque no se preocupe, si algo sé es que ya me acostumbré y a mi edad eso no importa mucho, sino a que me amargue, a que diga cosas como las que me dice y se quede tan ancha "eres una burra, etc". No me hace falta tener a alguien que me recuerde esas cosas, no quiero estar aquí, no quiero joderte los días, no quiero sentirme mal día sí y día también, quiero irme a otro lugar, quiero irme a otro puto lugar.

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