lunes, 25 de abril de 2016
Era de esas.
Era de esas.
De las que te cruzas por la calle y te hacen replantearte la timidez.
Niña de uñas mordidas,
de esas que lloran a carcajadas
y follan abrazadas,
aferradas a una esperanza.
De las que se emocionan con un buenos días y crucifican por una traición.
Era de las que se tapaban después del polvo más salvaje, y esbozaban una sospechosa sonrisa antesala de un “te quiero”.
De las que se levantan cuando el mundo ya lleva horas en marcha,
y lo contempla desde la ventana con la seguridad de susurrarle día tras día las ganas de comérselo.
Era de las que desaparecían y dejaban hueco.
Era de las que te hacía perder la cabeza,
no la esperanza.
"https://www.instagram.com/socramphotophobia/"
martes, 19 de abril de 2016
- Hollow -
Supongo que hemos nacido para ser marcados, unos por dolor, otros por amor, otros por una pérdida... a mí hacía tiempo que no sentía los tres a la vez, pero justo hoy, 19 de abril, puedo decir que he vuelto a sentir lo que hacía años no sentía, y es, volver a enamorarte y perder a esa persona otra vez.
Volver a sentirte viva y muerta a la vez, volver a escribir, y yo que lo echaba de menos, ahora tan solo desearía no tener que hacerlo.
Y sentir el vacío otra vez, y doler, sentir como te duele la piel por las lágrimas, sentir que el mundo se derrumba ante tus pies.
Que no le importaste ni le importarás, pero que te ha marcado, por tercera vez, te han vuelto a marcar, y te preguntas el qué has hecho mal, el qué falta de mí para haberlo hecho bien, pero ya no importa, porque ya no hay vuelta atrás.
"Quiérete a ti primero" te dijiste, como si recordártelo fuera suficiente para hacerlo, como si no supieras que siempre lo querrás a él primero, prioridades pensaste, ¿A quién quiero engañar?, si al mes de conocerlo ya fue mi prioridad, ya fue mi empuje para todo, mi sangre en vena, mi razón.
Y eso que no la tenía, pero él lo consiguió todo.
Y voy y la cago, porque joder, dónde estaba yo sino cagándola, inseguridades y manías, baja autoestima, qué sé yo.
Y lo intenté, volví a luchar contra eso, contra mi puto carácter, pero no fue suficiente.
Y la cagué.
Y lloré, como si llorando se arreglase algo.
Y te escuché, frío como el hielo, impasible como nunca.
Y dejé de ser importante, como si lo fuese alguna vez, dejé de ser la persona que querías a ser alguien a quien aprecias pero no pudo ser.
Y soñé, porque en los sueños no se manda, y volví a soñar contigo, con tu pelo, tu sonrisa, tu risa.
Esa risa.
Tu mirada, como si pudiera olvidar cómo me mirabas y como no podía mirarte de lo nerviosa que me ponía.
Dime cómo la olvido, cómo te olvido, dime qué hago.
Dime con ese frío tuyo, que me recordaba que tú ya no estás.
Que me recordaba, que tú ya no volverás más, que ya no estarás.
Recuérdame que ya no te querrás casar conmigo, y que cada día te convencías más de ello.
Y prométeme que ese te amo no era de verdad, dime que no lo sentías.
Que no lo sentiste. O miénteme. Para que al menos tenga una razón por la que estar así, porque para mí si fuiste importante.
Para mí si lo fuiste, ¿Yo lo fui? ¿Acaso lo he sido alguna vez?
Como si nuestra primera vez no fuese la más bonita que lo he hecho.
Como si no hubiese sentido que me querías con cada beso que me dabas.
Y ahora, tan frío, tan distinto, tan lejos....
Ya no estás... Ni yo tampoco.
Y otra hoja en mi cuaderno y en mi vida, en mi corazón o, más bien, en una piedra rota en mil pedazos.
Volver a sentirte viva y muerta a la vez, volver a escribir, y yo que lo echaba de menos, ahora tan solo desearía no tener que hacerlo.
Y sentir el vacío otra vez, y doler, sentir como te duele la piel por las lágrimas, sentir que el mundo se derrumba ante tus pies.
Que no le importaste ni le importarás, pero que te ha marcado, por tercera vez, te han vuelto a marcar, y te preguntas el qué has hecho mal, el qué falta de mí para haberlo hecho bien, pero ya no importa, porque ya no hay vuelta atrás.
"Quiérete a ti primero" te dijiste, como si recordártelo fuera suficiente para hacerlo, como si no supieras que siempre lo querrás a él primero, prioridades pensaste, ¿A quién quiero engañar?, si al mes de conocerlo ya fue mi prioridad, ya fue mi empuje para todo, mi sangre en vena, mi razón.
Y eso que no la tenía, pero él lo consiguió todo.
Y voy y la cago, porque joder, dónde estaba yo sino cagándola, inseguridades y manías, baja autoestima, qué sé yo.
Y lo intenté, volví a luchar contra eso, contra mi puto carácter, pero no fue suficiente.
Y la cagué.
Y lloré, como si llorando se arreglase algo.
Y te escuché, frío como el hielo, impasible como nunca.
Y dejé de ser importante, como si lo fuese alguna vez, dejé de ser la persona que querías a ser alguien a quien aprecias pero no pudo ser.
Y soñé, porque en los sueños no se manda, y volví a soñar contigo, con tu pelo, tu sonrisa, tu risa.
Esa risa.
Tu mirada, como si pudiera olvidar cómo me mirabas y como no podía mirarte de lo nerviosa que me ponía.
Dime cómo la olvido, cómo te olvido, dime qué hago.
Dime con ese frío tuyo, que me recordaba que tú ya no estás.
Que me recordaba, que tú ya no volverás más, que ya no estarás.
Recuérdame que ya no te querrás casar conmigo, y que cada día te convencías más de ello.
Y prométeme que ese te amo no era de verdad, dime que no lo sentías.
Que no lo sentiste. O miénteme. Para que al menos tenga una razón por la que estar así, porque para mí si fuiste importante.
Para mí si lo fuiste, ¿Yo lo fui? ¿Acaso lo he sido alguna vez?
Como si nuestra primera vez no fuese la más bonita que lo he hecho.
Como si no hubiese sentido que me querías con cada beso que me dabas.
Y ahora, tan frío, tan distinto, tan lejos....
Ya no estás... Ni yo tampoco.
Y otra hoja en mi cuaderno y en mi vida, en mi corazón o, más bien, en una piedra rota en mil pedazos.
lunes, 11 de abril de 2016
-
Enamoramiento.
Ese sentimiento que te hace vivir, sufrir, doler, llorar, reír, odiar y amar al mismo tiempo.
Como si entrara en tu vida cada vez que conoces a alguien, pero realmente no sabes lo que es hasta que realmente lo vives.
Y lo vives como si fuera la última vez que lo vas a hacer, porque quien sabe si esa es realmente la última.
Y lo vives como si no existiera nadie más, porque para ti es la única persona importante.
Y joder, piensas tanto en esa persona, en como será tu futuro, que no te das cuenta ni cómo está siendo tu presente.
Y joder, lo vives con tanto entusiasmo, que el miedo a que se rompa supera todo esa seguridad de llegar a algo realmente bonito.
Y, ¿Por qué mi mente me juega tan malas pasadas?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)