sábado, 28 de junio de 2014

viernes, 27 de junio de 2014

Quien se pica, ajos come.

Las veces que escribo son porque estoy mal y necesito expresar lo que siento o porque estoy realmente enfadada. Podréis ver la gran diferencia de cuando no sé ni lo que está pasando por mi cabeza en esos momentos. Hoy se podría decir que no es ni una ni otra, que simplemente estoy con una apatía muy impropia de mí. Podrían denominarme "rallada" por todos esos momentos de tristeza (y no digo "llorona" porque no suelo llorar), antipática, borde o demás definiciones que no me caracterizan demasiado en mi forma de ser pero sí en mi actitud. Dicho esto, hoy es uno de esos días sin más que me hace más ilusión pasar de todo el mundo que pensar en alguien como solía hacer. Es uno de esos días que me apetece estar sola y ser borde hasta el límite con las personas que no me importan. Hacer lo que hace la mayoría de las personas, ignorar y tratar de un modo que te hagas respetar, que hagas que no se aprovechen de ti. Porque ahora quien no se aprovecha de ti es una especie en extinción, ya sea por dinero, amigos o lo que sea. Y eso es lo que pasa, que te toman el pelo y tú lo aceptas hasta que llega a tu límite o hasta que te ves engañado. Pero no hay nada que hacer, no puedes volver atrás y el karma tampoco. No puedes cambiar el pasado ni tampoco lo que has hecho por alguien, ya sea bueno o malo. No puedes evitar que alguien se aproveche de ti o de otros, ni tampoco hacer que cambie, porque no lo hará. Nadie cambia. Nadie se comporta como tú quieras que se comporte, tampoco sería lo correcto porque, ¿Qué lo es? o la pregunta del millón, ¿Cómo debería comportarme yo?